Mi ilusión, llegar a ser un gran barbero.

 

Comencé con la idea de la barbería después de haber ido a Francia a ver a un primo mío que era barbero. Entre unas cosas y otras, un día me dejó una máquina de cortar el pelo, puso un cabezal y, sin yo saber siquiera como sujetar dicha máquina, me dijo:

"Toma, pasa la máquina a este señor por toda la cabeza, con cuidado y suavidad."

 

En ese preciso momento, el momento de pasar esa máquina por la cabeza de ese señor, al que yo no conocía de nada, pero no reflejaba mucha preocupación en su cara... Que me entró una cierta alegría en el cuerpo, como que estaba haciendo algo que me gustaba, algo que disfrutaba.

 

Al volver de ese viaje hacia España, me dí cuenta de que tenia muy claro lo que quería hacer, quería volver a sentir esa alegría interna, y decidí aprender en una academia todo lo que necesitaba para poder volver a sentir lo que sentí aquel día, pero a diario.

 

Ahora soy dueño de una barbería en Vall d'Alba, pueblo donde resido actualmente, y es una de las cosas por las que al salir por la puerta todas las mañanas me crea una alegría enorme, el saber que voy a estar horas haciendo algo que disfruto.

 

¡Dar las gracias infinitas a Juan Bautista Mateu Traver, antiguo barbero de la barbería que ahora tengo, por haberme ayudado en todo y haberme aconsejado hasta la saciedad, eso es algo que no se puede olvidar!